Así debéis hacer vosotros:

Manteneos locos,
pero comportaos como personas normales.
Corred el riesgo de ser diferentes,
pero aprended a hacerlo sin llamar la atención.

Así debieramos hacer todos...

21 enero 2007

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER


“La insoportable levedad del ser”, también quiero tener en mi biblioteca este libro cuyo título tanto me pesa, pero que cuando lo leí, convencida de que me iba a doler, no supe encontrar tanta levedad en las almas de los personajes o en sus historias. O tal vez sí, son existencias corrientes, son leves (05-12-06). Tengo que volver a leerlo y sentir que sentían. Recuerdo que nunca lo compré porque él ya lo tenía entre sus libros, y así me deleitaba en sus estantes leyendo y releyendo, a veces absorta, el título del libro. Es cierto, es insoportable lo leve que es nuestra existencia. Siempre me lo ha parecido, desde muy pequeñita, sin saber exactamente desde cuando. La vida duele porque la amas y sabes que te dejará, y al amarla a ella, te amas a ti mismo, y también sabes que te abandonarás algún día. Con lo cual esa vida es insignificante, es una milésima entre miles, una millonésima entre millones. Pasas por aquí sin saber exactamente el sentido de todo. Vas creciendo, conociendo, aprendiendo, desechando, sufriendo, emocionándote, alegrándote y realmente cuando te planteas el porque de la existencia no entiendes para que. Cultivas un alma, la haces crecer, aprender, que se equivoque, que sienta, que razone, que crea, que ría, que llore, que ame. La alimentas todos los días, la cuidas, la mimas, le haces vivir, emocionarse, la abonas, la castigas, la adoras, la abandonas, la consuelas, le enseñas, la torturas, y para que. Un día desaparecerá y no sabes donde se irá. Y el saberlo depende única y exclusivamente de un acto de fe. Nunca he tenido fe, pues de tenerla debiera ser en mi alma amada, y desconozco donde se dirigirá, si desaparecerá, si se sentirá sola y abandonada, o llegará a un paraíso inconcebible. Alguien me escuchó clamar un día y me dijo:
-Sophia, de verdad te planteas ese tipo de cosas? Has pensado alguna vez comentar con alguien estas inquietudes tuyas?-
-No te estoy diciendo que hables con un psicólogo, no sé con algún entendido en la materia tal vez. De verdad vives con ese peso? Planteandote de continuo ese tipo de cosas? ¿De verás piensas en ello?
(...)
-Eres un poema Sophia, asonante, arítmico, a golpes. Los hay que somos poetas, otros pocos sois poemas.
Pensaba que no era tan extraño, que todo el mundo se pasa la vida en la trastienda pensando en ello.

Con mi pequeño remanso nunca puedo hablar de este tipo de inquietudes. El día que se me ocurrió probarlo, me topé con un:
-Quieres dejar de perder el tiempo pensando en esas cosas! Yo no pienso en eso. Estoy aquí y punto. Voy haciendo.

Vas viviendo.

1 comentario:

plato dijo...

Hace mucho, cuando lo acabé de leer, sentí que solo podía vivir de dos maneras, con peso o en la levedad.

Y me decidí por la primera, aunque anhele a veces la segunda.