Así debéis hacer vosotros:

Manteneos locos,
pero comportaos como personas normales.
Corred el riesgo de ser diferentes,
pero aprended a hacerlo sin llamar la atención.

Así debieramos hacer todos...

13 mayo 2007

TU SUEÑO....EL MÍO

SOÑASTE....DORMIDO
Llegabas temprando a la oficina para preparar cosillas.
Por ahí estabas, y no sabes ni como te manchaste las manos con tinta,
te metiste en el lavabo.
Sin darte cuenta aparecí detrás tuyo.
Te violé: me puse de rodillas frente a tí y te bajé los pantalones, te comí entero con fuerza
te agarraba las caderas son fuerza.
Te hacía mover hacia delante y hacia detras.
Rápidamente me levantaba, me daba la vuelta y me apoyaba en la pica,
y te cogía para que entraras en mí....
TODO

Es exactamente lo que haria...


LO HE SOÑADO…DESPIERTA
Cierro mis grandes ojos, pero veo el momento.
Completamente desnuda, caliente, excitada, sentada a horcajadas sobre tu cara, apoyada en mis rodillas sobre la cama. Estás tumbado, desnudo también. Veo tu torso, tu cintura, tus piernas, tus pies, y tu enorme polla amenazándome, sugiriéndose, llamándome. Me duele, me hiere, entrecortados alaridos incontrolables, -vuelvo a sentirte, todos los rincones de mi comprenden que comienzas a acercarte, y muertos de tu sed ruegan por saciarla-. Me quema tanto el deseo que se detienen mi respiración. -Nunca avisa, ¿cuando es el momento en que ha comenzado a acelerarse? Mi cabeza se pierde y mis labios empiezan a entreabrirse para comenzar a jadear. Son lamento de contrariedad -escapad por tantas veces que anhelo este momento y no lo tengo, y por lo tanto que me desespera ahora el tenerlo por todas las veces que volveré a desearlo y no tenerlo-.. Y saber que ahora es posible me enloquece. Me embriaga el apetito, imagino -agarrarla entre mis manos y acariciarla, sacudirla con suavidad y sutileza, humedecer mis manos con mi saliba caliente, y apretarla, menearla, sentirla dura, y tras ello introducirla en mi boca, febril, rígida, suave y lamerla, succionarla, babearla y crear la humedad necesaria para que tiemble sintiendo mi boca como mi propia cavidad, lubricarla, redondearla con mi lengua, sentir su sabor, el sabor de sexo, el sabor de tu sexo que me encanta-. Impulsivamente intento doblar mi cintura para caer sobre ella y hacerla mía, pero ¡no me dejas! ¡pero yo quiero!. Levantas tus manos y las posas sobre mi abdomen, bajo mis pechos, y me obligas manteniéndolas ahí, firmes, poderosas a continuar erguida, ligeramente arqueada hacia atrás. Es entonces cuando comienzas a lamer mi coño. Siento tu boca en él, tu lengua, que comienzan a besarlo. -Ese éxtasis que me produce tu suave lengua sobre mis pliegues, tu carnosa boca que acaricia mi vulva. Me invade sí, me invade un sí, sí, sí, sí- Tu lengua redondea con suavidad mi clítoris, juegas livianamente con él, lo salibas, lo humedeces, se infla, se enrojece -calambre extenuante, descarga que me paraliza, enajenación, placer arrebatador de todo, de vacío pasmoso-. Casi insoportable. Lo abandonas, lo despides entre tus labios y comienzas a recorrer con tu lengua mis congestionados y rechonchos labios empapándolos, rozándolos y coqueteas con tus labios y con la punta de tu lengua con mi vagina, que se acalora, se macera a la vez que se abre y tiembla de delicia y comienza a querer más. Tu lengua baja hasta mi ano y lo besa, lo lames con cuidado, con sinuosidad, como a una joya, -sensación, placer extraño, agujero negro interior, aturde, pero me gusta, me complace, me abandona ya una parte, me empuja hacía arriba-. Lo evades y vuelves a ella, esa quien te está deseando y ha comenzado a palpitar por dentro. Mentalmente la constriño, me produce un placer insólito -ummm masturbación silenciosa y discreta que tantas veces utilizo mientras nadie se da cuenta. Me embarga acompañar el sexo contigo con una masturbación que puede producirte placer-. Ronroneas. Me excita enormemente, ya llego, -orgasmo, suave, que me acaricia, de algodón-. Tu lengua comienza a formar una espiral en la entrada de mi vagina. La mojas, la invades, la penetras, en circulos, en más espirales que se retuercen dentro de mí. Me mojo, me elevo, no veo ya, mis ojos me están abandonando. Mi cabeza ya está flotando en el delirio. Una y otra vez, una y otra vez, y me comienzas a empujar adelante, atrás para volver a lamer todos los rincones de mi sexo de nuevo. –Tocada, hundida, me dejo, me rindo, me he perdido ya, estoy a tu merced, domíname, sacúdeme, ofréceme lo que me vayas a dar. Todo, todo, no pares, no ceses, quiero más, más, más-. El algodón comienza a arder, el orgasmo ya es desesperante, -detente por lo que más quieras. El placer se ha mezclado ya con la necesidad irrefrenable que siempre acompaña al hedonismo de tu boca y de tus dedos. Necesidad de culminarte todo dentro de mi-.
Es cuando mis jadeos ya son incesantes e incontrolables, que apartas tus manos y las colocas sobre mis nalgas y suavemente me desplazas hacia tu verga, que me ha estado esperando hasta ahora paciente –me recorre la angustia de la emoción del momento-. Me sientas sobre ella y me penetras. -Eres mi montura-. Me río, empiezo a sentir como me invades entera, como por dentro te clavas sin dejar ningún rincón desierto, vuelvo a reír, -por fín aquí, por fín aquí-. Arriba, abajo, apretando, constriñendote, en circulos, nos mojamos aún más. Sigo el ascenso, otro escalon más, ya liviana, ya ida, ya casi fuera de control. quédate tú, de guardia para mi, para no dejar de sentirte todo y para procurarte todo el placer posible a ti conmigo, porque ello me satisface tanto que hace que el climax sea aún mayor, hazlo por todas nosotras- Entonces te oigo que comienzas a gruñir casi a jadear. -me sumo en el abandono del goce, quiero darte más , me complace, más sí, mucho más, sí. Estoy flotando, nunca sé donde es exactamente, sólo sé que es un lugar al que siempre quiero volver y donde un día me gustaría quedarme-. Estás apretando mis nalgas con tus manos a tu antojo, para sentir la presión y sucumbir, para al instante librarte de ella y volverla a anhelar. Es un baile, estamos bailando, con mis pasos acompaño este vaivén con mi interior, ciñéndote cuando tu presionas y redimiéndote cuando relajas.
Ya no puedo controlar más mi mente, ya me cuesta no sumirme entera en el desvarío y abandonar este mundo. Ya no puedo detener mis gemidos, es esa parte de mi voz que también participa en el orgasmo. Sudamos, -mi sal sobre la piel, ese olor…..mi cuerpo, mi sexo mezclado con el tuyo, que hace que me encienda aún más-. Noto como empujas mis glúteos lentamente hacia delante, permaneciendo clavado en mi. Las palmas de mis manos caen hacía adelante apoyando mis brazos estirados y comienzo a apoyar mi peso sobre las rodillas –clavado, clavado en mi, no te puedo dejar escapar, ahora no, no quiero dejar de sentirte-. Estás agarrado en mi, y te incorporas, y dejamos escapar tus piernas bajo las mías, y te colocas de rodillas tras de mi, y nos alzamos. Mis pechos se clavan en la almohada, mis brazos se estiran hacia delante. Me penetras, sin cesar, siento como me golpeas el clítoris, siento como golpea mi ano en tu pubis y me revuelvo -el placer de la posesión, de que me poseas como hembra, nos siento animales, instintivos, salvajes, naturales, apavullantes, hermosos, sublimes- . Tus gemidos son alaridos, -desbordada, ya no hay vuelta atrás, ya no puedo más, ya el deleite incontrolable-. Noto tus manos se deslizan bajo mis pechos, sobre la almohada y izas mi cuerpo como una sinuosa bandera, a la vez que me dejas enclavada más aún en ti. Mi espalda contra su sudoroso pecho -mi mente.....en el abismo- Despierta! -Dios!- ante tu olor, ante tu penetración inmensa, ante tu aliento en mi nuca, ante mi culo aposentado sobre tu pelvis, ante una de tus manos ahora constriñendo uno de mis pechos, ante la otra acariciando mi clitoris a su alcance, ante un alarido tuyo extenuado de placer, que arrastra otro y otro más ya desesperado, ante las palpitaciones incesantes que ya siento dentro de mi de tu miembro desbordado e inundado ya, ante el calor liquido que comienza a verterse dentro de mi, que me invade por completo, que me vuelve a desplazar a ese infinito, -ahora un poco más lejano, en el que me siento todo pero no soy nada a la vez, y en el que por fín te siento ya conmigo, desprendido ya por completo, tú conmigo, flotando tu en tu propio éxtasis, anudado al mío-.
Abro los ojos. Rasgados y agotados. Porque he sentido todo el momento.


¿Es exactamente lo que harias?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo puedo decir que es un relato increible... de principio a fin, sensual, sexual, erotico, fino... increible de verdad.