Así debéis hacer vosotros:

Manteneos locos,
pero comportaos como personas normales.
Corred el riesgo de ser diferentes,
pero aprended a hacerlo sin llamar la atención.

Así debieramos hacer todos...

28 enero 2008

REFLEJOS ROTOS DE AMORES COJOS

El teléfono de él sonaba insistente, tardó en poder llegar a cogerlo, pero no había parado en ningún momento. Cuando contestó se lo pasó a ella:
-Es Lucía, pregunta por ti. Me parece que le debe haber pasado algo, tal vez su padre, está tan delicado. Está llorando-
-Lucía cariño, ¿Qué pasa?-
-Se ha ido. Se ha ido- Y Lucía no paraba de llorar desconsolada
-¿Quién se ha ido Lucía?-
-Julián, Julián se ha ido- Y las lágrimas traspasaban el auricular y empapaban su oído.
-¿Cómo es que se ha ido? ¿Dónde?-
-Me ha abandonado. Julián me ha abandonado. Dice que no me quiere como debe quererme, que lo lleva pensando desde hace tiempo y que debía hacerlo. Julián me ha abandonado. Dios mío como ha podido hacerlo después de todo lo vivido estos tres últimos años. No me quiere como debe hacerlo para estar a mi lado. Julián se ha ido, Julián me ha abandonado-
Se levantó de la silla y se alejó de él, para concederle a la conversación el pequeño grado de intimidad merecido. Cómo brindarle palabras de consuelo con tanta contradicción que le había invadido en un solo momento. Su sangre se había detenido y helado por completo. Cómo dar palabras de consuelo a un reflejo desconsolado en el espejo.
-No soy suficientemente buena para él, no lo soy. Yo que le amo con todo mi corazón, que lo doy todo por él, que es lo mejor que me ha pasado, que lo dejo todo y no tengo nada que no sea suyo-
-No digas eso Lucía. Sabes que si le amas tanto y él no lo hace de ese modo es él quien no es suficientemente bueno para ti- Un nudo hizo presa en su garganta porque comprendía que ella nunca lo vería así- Un amor tan grande y tan puro no se merece no ser correspondido como debiera- El nudo la oprimió hasta ahogarla.
Pero al otro lado del teléfono sólo se oían sollozos de desasosiego. Quería escuchar algo de esa voz amiga a la que había buscado.
-Lucía sabes que si es así, esto es lo mejor que puede haberte pasado. Qué debes dejarle marchar y volver a empezar tu vida- Pero esto era algo que no podía ser dicho por ella, porque no podía predicar con su ejemplo. Así escupió sin piedad la gran verdad: -Cielos como puedo decirte esto, si ni yo misma puedo creerlo. Cuando amas con todo el alma a una persona vale todo, no importa nada, no importa si te ama, no importa si no debieras, no importa si no es lo que deber fuera, todo vale, cualquier cosa es mejor que nada- Y las lágrimas le comenzaron a colmar a ella, pero prefirió dejarlas surcar por su garganta y desterró a la incredulidad –Pero sabes que es lo mejor-
-Sí lo sé, es lo mejor. Sí lo sé créeme esto para mí también se acabó-
Un acopio de firmeza, intentar ser como debiera, como de hecho era, buena amiga. Tratar con dulzura, paciencia y sensibilidad colmar de ternura a aquella alma desolada al otro lado de la línea a pesar de su propia y escondida desolación.

Esperar lo esperado. Su pregunta, un -¿qué ha pasado?-
-Julián, la ha dejado- musitó.
-Julián ¿la ha dejado? Este Julián es un imbécil. Además de no saber nunca que hacer con su vida, ha dejado a una mujer maravillosa que le adora, tal vez la única que le pueda aguantar. Otra vez con aquello de que no la quiere como la debe querer ¿no? Maldito cobarde-
-Sí, otra vez- Pero no pudo contenerse.-Tú siempre con tu visión frontal, respetabilísima pero limitada. No sabes ver más allá. Yo les quiero y deseo lo mejor, pero Julián me parece un valiente. Le pudiera ser tan sencillo aunque no la ame vivir al lado de ella. Ella le ama de manera incondicional, le quiere, le sigue, le acompaña cuando quiere y le da riendas cuando no debe. Ella le adora, le consiente todo, le cuida, le ayuda, le escucha y se lo da todo. Todo en lo que quiere en la cama. Lo ha aceptado todo desde un principio, hasta el saber que él no siente lo mismo por ella. Le ha perdonado todo también, hasta sus infidelidades. Pero no, pero él es valiente. No siente todo lo que debiera sentir y es por eso que abandona la paz y el sosiego, la comodidad y se lanza al vacío, aunque sea el de la soledad-
-Encima, ¿cómo puedes poetizarlo con lo que está haciendo?-
-Por que también es parte de la realidad. Igual que lo es que Lucía haya sido a su vez víctima y verdugo. Esto es una de las cosas que te pueden pasar por amar de esa manera y aceptar todo cuanto ha aceptado.-
-Ves en eso estoy de acuerdo. Otra imbécil. ¿Cómo es posible amar de esa manera a nadie? ¿Cómo se puede comprender tanta estúpida incondicionalidad?-
-La hay, existe. La hay. Cuando amas de verdad-
- Anda que la debe querer mucho si se ha estado acostando con otras-
Ahí los ojos casi se le entornaron al escucharle decir aquellas palabras
-Lo ves, frontal. Tú crees que el camino es un paso a paso de manera lineal. Si claro, sólo estás aquí para nacer, crecer, trabajar, reproducirte y expirar. Y en tu visión se pierde todo lo que colma los laterales e interiores de esta vida, que son muchos y complejos, no son tan sólo blancos o tan solo negros -
-Eres una soñadora, siempre entendiéndolo y justificándolo todo. Siempre intentando comprender a todo el mundo hasta al más absurdo-
-Y tú un intolerante y una pequeña aunque respetable cucaracha. Y no es peyorativo te lo aseguro. En el fondo te envidio. Pero no quiero lo comentemos más. Vamos a acabar discutiendo, nunca estaremos de acuerdo y todo esto en realidad no va con nosotros-
Pero en el fondo, sí que iba.

Le abandonó en cuanto pudo, en cuanto pasó algún momento de silencio, tras el cual él se ablandó y disculpó sin necesidad, con humildad, y le recordó cuanto la quería y cuanto bien le hacía ver a través de ella las cosas que de otra manera nunca hubiera visto. Le dejó leyendo plácidamente. Leyendo al frente, un libro frontal, de letras frontales.

Y sentir bajos sus pies al caminar un crujir retórico. Y mirar y poder ver con los ojos de su alma mil añicos esparcidos, de espejos ahora partidos. Y los reflejos de sí misma en ellos contenidos.

Unos añicos eran los rastros del reflejo que un día hubo sido Julián. El día en que Julián, su gran amigo, le habló de Lucía tres años atrás no pudo más que decirle toda la verdad. Lucía era una mujer maravillosa, una dulce compañera, paciente matrona, dedicada persona, sexualmente complaciente, entregada, dócil y comprensiva. Pero él no le amaba. La vida al lado de Lucía era cómoda, en paz, con todo lo que tenía que tener, pero no la amaba, pero aún así estar a si lado era fácil, relajado y grato. Como gran amiga de toda la vida no le juzgó. Como gran entendedora de las circunstancias para otros intolerables, le comprendió.
Pero de repente un día la comprensión pasó a sentirse como reverberación. Fue el día en que llegó el punto del gran cambio en su vida interior. Cuando su propia vida tembló y tantos pilares se derrumbaron en su yo profundo, cuando la luz de un nuevo sol la iluminó a la vez que la quemó. Y todo el universo de su corazón se convirtió en un secreto oculto para todos, padecido sólo por ella, escondido de cualquier ojo que mirara a los suyos propios. El día en que ella misma tras darse cuenta de que no amaba a quien tenía a su lado como debiera hacerlo para corresponderlo. Pero como Julián decidió proseguir bajo el techo de la calma, la paz, la comodidad, la compañía y el sosiego.
Julián se disipó de los pedacitos esparcidos de lo que fue un espejo. Julián había sido valiente, todo lo valiente que ella no había sido, ni era, ni sería jamás.
Otros añicos eran los rastros del reflejo que un día hubo sido Lucía. Cuando conoció a Lucía la quiso desde el primer momento. Sí maravillosa, vibrante, adorable y buena persona. Y pronto pudo comprobar el amor incondicional hasta el extremo de ella por Julián. Amor que a otros pudiera parecer absurdo, el dar todo por parte, el entregarlo todo y con retales conformarse. Cómo mujer que ya hubo sentido eso un día no la juzgó. Cómo gran entendedora de las pasiones para otros incomprensibles, la comprendió.
Pero de repente un día la comprensión pasó a sentirse como reverberación. Aquel mismo día, el del cambio interior. El día de los temblores, derrumbamientos, sí el día en que se quemó. Cuando el universo de su corazón paso a ser el secreto mejor guardado para todos, sólo conocido para ella. Cuando sus ojos comenzaron a mentir. El día en que se enamoró de otro, el día en que se lo entregó todo, el día en que le dijeron que no. El día en que le ofrecieron sólo una ínfima parte, la de convertirse casi en algo parecido a una amante. El día en que para ella comenzó a valer todo, a no importar nada, no importar si a ella le amaba, no importa si no debiera, no importar si no era lo que deber fuera. Valer todo, porque cualquier cosa pudiera ser mejor que nada.
Lucía se disipó de los pedacitos esparcidos de lo que fue un espejo. Aquel lo sé, es lo mejor. Aquel esto para mí también se acabó. Un dejar de dar, un dejar de luchar, que parecía que ella nunca iba del todo aceptar.

Y entonces el egoísmo y el sarcasmo. Un se acabaron las veladas en una mesa de cuatro. Pero lo peor de todo, se acabó la sensación silenciosa y curiosa, a veces divertida, siempre cínica de verse reflejada, invertida, revertida, anversa y reversa, como una cara entre mil caras, una hoy, otra mañana.

Adiós hoy a los reflejos ahora rotos, de tantos amores cojos.

Sus pasos le habían llevado inconscientemente mientras se autolamentaba al lavabo. A encontrarse con lo inevitable en todo ello. Ahora no le quedaba más remedio que mirarse a si misma al espejo, ahora ya sólo le quedaba su propio reflejo.

4 comentarios:

maria varu dijo...

.
Cualquier debilidad del amor y la pasión es humano.
Cualquier sentir y amar es lícito.
Cualquier aceptación y rechazo es posible.
Porque el amor no conoce razones.
Porque la pasión no sabe de cantidades.
Porque los sentimientos desean ser vividos y sentidos.
Todo puede ser locura o cordura a la vez
Todo es cima y abismo
Todo es llenura y vacío
Desesperación o esperanza
Verdad, mentira, fantasía, realidad...

“El amor es ciego y la locura siempre le acompaña”

Saludos Sophia
.

@Igna-Nachodenoche dijo...

Ay amiga¡¡¡¡

Cúan complicado es el mundo de los sentimientos, cúan complicado es amar y ser correspondido de la misma manera, y cuanto cuesta asimilar una despedida nunca deseada, que fácil nos resulta vernos reflejados, cuando se ha pasado por situación semejante, que difícil y complicado es dar consejos, cuando nadie siente de la misma manera...

Cavilando-te.

Con besos.

Anónimo dijo...

en el amor no hay justicia ni hay debe ni haber, haces lo que sientes y eso es lo correcto, nadie te puede decir esto está bien o esto está mal, la única justicia es ser auténtico

:)

amor

Anónimo dijo...

Paso a desearte un buen domingo