No no lo hice.
¿Cómo puedes seguir mintiéndome?
No, no lo hago. Sólo has estado tú.
Desde que desapareciste,
he aprendido a imaginar que todas las caricias son tuyas
y que todos mis besos son para tí.
Tú también me mentiste, me dijiste que desaparecías.
3 comentarios:
Y es que a veces las mentiras no son tales, sólo son verdades a medias.
Un abrazo Sophia
.
Cuando dos mienten, algo tienen el común, mi comentario es corto para tu post....
Bs.
La mentira se produce cuando el que la recibe toma conciencia de ésta. Si sólo somos conscientes de aquello que nos llama la atención...los primeros culpables de que la mentira se produzca somos nosotros mismos que no seleccionamos bien los estímulos relevantes. U lo que es lo mismo, dicho para lentos, el presunto "timador" (pues no sabemos sobre su verdadera intención) tima a quien (presunto "timado" pues tampoco sabemos su verdadera intención) se deja "timar" (selección de estimulos comunicativos equivocados)
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