Así debéis hacer vosotros:

Manteneos locos,
pero comportaos como personas normales.
Corred el riesgo de ser diferentes,
pero aprended a hacerlo sin llamar la atención.

Así debieramos hacer todos...

30 marzo 2014

PARADOJAS PARA COJAS

Ayer a las 16.05 de la tarde entraron dos mensajes a la vez en mi whatsapp. Él tildándome de desproporcionada, ante lo que había intentado fueran unas reflexiones, no una exposición de sentimientos, lo que me dejó hecha un desastre.
Y una invitación a cenar de una persona que conocí por casualidad una noche cuando me usó para ser “modelo” en una pintura. Necesitaba pintar unos brazos cruzados para una figura de un tipo gordo, gafotas y calvo. Paradójicamente igual que yo misma.

Así que ayer tarde me pudo la paradoja de estar a punto de lágrima por un lado, y que en ese instante me llegara ese mensaje.

Así que ayer noche me pudo la paradoja de estar conduciendo hacia su casa, donde sé puedo aparcar sin problemas, cuando sabía no iba a subir a verle, a la vez que escuchaba su voz al otro lado de una pantalla táctil porque necesitaba una vez más mi ayuda con la maldita informática, las pestañas y las opciones. Después de una discusión on line, tuve que llamarle para darle un asesoramiento ante su inutilidad on line. Cuando deseaba escucharla a mi lado, en mi oído y sentir la caricia de sus pestañas en mi mejilla, me resetease y me dejase sin opciones.

Así que ayer noche me pudo la paradoja de aparcar bajo su casa sabiendo que giraría la esquina hacia otro lugar. Y no poder mirar atrás porque sino lo hubiese mandado todo a la mierda y hubiese subido a abrazarle, besarle, acariciarle y a dejar me tomase como no puedo evitar desear lo haga, como nadie lo ha hecho nunca, como nadie lo hará. Como a día de hoy no tengo ni ganas de que nadie lo haga, y tengo mis dedos para recordarle.

Así que ayer noche me pudo la paradoja de tener al frente a alguien que me contó historias de sentimientos y emociones. Muy parecidas a las mías. Cuando mis sentimientos y emociones habían sido hacia horas tachados de desproporcionados.
Así que ayer noche me pudo la paradoja de subir a mi coche bajo su casa con una persona que no era él, cuando le hubiese hecho coger un taxi y hubiera picado a un timbre para subir a calentarle a él las sábanas.
Así que ayer noche me pudo la paradoja de decir adiós en la puerta de un piso de un barrio bien de mi ciudad, no aceptando una invitación.

Porque con tanta paradoja, no le encontré cabida en mí ya a la paradoja de que alguien tocara mi piel, pues se ha quedado congelada en la última vez que estuve con él y no quiere salir de esta glaciación. Porque se me escapaba de las manos la paradoja de acostarme con alguien cuando paradójicamente sabía que ayer con tanta paradoja arriba y abajo iba a estar pensando en todo momento que era él y la paradoja me hubiera dejado completamente coja.

No hay comentarios: